Pablo Guerrero

Puedes preguntarte sobre su presencia en estas crónicas. Pero no tenemos ninguna duda. Pablo Guerrero. Número uno. La historia es bien sabida. Esparragosa de Lares. 1946. Bachillerato en Badajoz. Universidad. Viaje. Festival de Benidorm. 1969. Segundo premio. Grabación de un single (Amapolas y espigas / Carro y camino). Investigación del folklore extremeño.

Y llega 1972. Y llega el tiempo de los himnos. A Cántaros. Tú y yo, muchacha, estamos hechos de nubes. Poesía urbana. A partir de aquí Pablo Guerrero será ya la referencia poética, conceptual. Y si no, que se lo digan a Extremoduro.

Y llega también 1975. El 2 de marzo de ese año, el de Esparragosa graba un disco en directo en el Olympia de París. Uno de los grandes templos de la cultura europea. Pablo Guerrero en el Olympia.

Podríamos enumerar los nombres a los que va asociado Pablo Guerrero, tanto en su faceta de alumno aventajado, como en su papel de faro espiritual, pero resultaría algo cansino. Tan sólo una muestra.

Cara A. Pete Seeger, Amália Rodrigues, José Afonso, Lou Reed, Rolling Stones, Joan Baez, Neil Young, Joni Mitchell, James Taylor, Bob Dylan, Leonard Cohen.
Cara B. Nacho Sáenz de Tejada, Nuestro Pequeño Mundo, Aguaviva, Miguel Ángel Chastang, Jorge Pardo, Suso Saiz, Luis Delgado, Cristina Lliso y 1984.

En 1984 se produce un hecho clave. Tanto en la trayectoria del propio creador, como en la herencia y consecuencias que trajo para nuestras crónicas.

Ese año se unen la poesía de los sentidos y la música experimental. Pablo Guerrero aparece acompañado por la Orquesta de las Nubes. Juntos traen a la península la New Age. Nos descubren universos inéditos. Desde entonces, y sin armar ruido, nada será igual.

Han pasado los años, y la poesía delicada y la música austera sigue llegando a los escenarios de Extremadura. Y su rastro se extiende al tiempo que crece el mito silencioso. Porque sí, no hay duda. Pablo Guerrero, mañana, será un mito.
Cáceres – Mérida. Diciembre de 2010.