La Fuga de Logan. Músicos extremeños en el mundo exterior

La película que da título a este texto se estrenó en 1976. Estaba basada en una novela homónima. Luego se convirtió en serie para televisión. Ni hemos leído la novela, ni hemos visto la serie. Ni tenemos intención de hacerlo. Sí vimos en algún momento la película. En la misma, protagonizada por un insulso Michael York, tras la consabida catástrofe nuclear, se retrata un mundo de futuro en el que los ciudadanos habitan una gran cúpula que los mantiene alejados del mundo exterior. Sus moradores se dedican a la vida placentera. Todo está controlado por computadoras. Hasta el número y la edad de sus habitantes. Algunos no desean desaparecer cumplidos los 30 años, como marca la ley. Y buscan la salida. Logan 5 (M. Y.) decide abandonar la cúpula y descubrir qué hay al otro lado, en las afueras.

La Fuga de Logan. Cuarenta nombres de la música extremeña en el mundo exterior.



[01] Alberto Pérez Rodríguez comenzó a tocar la guitarra con 9 años de forma autodidacta. Calamonte. Ha pasado por orquestas como Ácido o Chicago. Luego llegó Situación Desesperada, grupo calamonteño que se creó en 1989 y al que Alberto Pérez llegó en torno a 2006.

En 2009 abandonó Extremadura. Alberto pasó por la academia 21st Century de Madrid, en la que estudió guitarra profesional, y también prestó sus manos a Paul Cerrado, luego Paul y Asunto Cerrado, otro extremeño en las tierras de Logan. Poco después se dio de bruces con Izal. Por arte de magia entró en el mundo de los grandes festivales, las entradas agotadas y un ejército de seguidores infatigables. Izal arrasa allá donde va. Y no es de extrañar. Sus argumentos sonoros al tiempo que esa forma honesta de ver y vivir la música los convierten en una de las joyas peninsulares. Con tan sólo dos discos en los mercados se han convertido en un objeto de deseo.

Han pasado los años, y, según nos cuentan, Situación Desesperada sigue en la brecha.



[02] Alberto Valle nació en Cáceres en 1986. Se le puede ver, siendo adolescente, en el coro de la Iglesia de Santiago vistiendo camisetas negras de Metallica o Megadeth. La culpa de las camisetas la tuvo su hermana mayor. En el coro andaba porque quería aprender a tocar la guitarra.

Su amigo Antonio Barriga y la tienda Musikola le cambiaron la hoja de ruta. Clanger o Splinter fueron nombres de grupos montados por amigos. Aquí un festival en Malpartida / Cáceres, allí una tarde en el Parque del Príncipe tirados en la hierba mientras los mosquitos nos acribillan. Nace Genocidio Tábano. Esto sí va en serio. Pura rabia. Año de 2005. Hardcore. Brutal. En 2006 graban Slept Core.

Los estudios universitarios hacen que abandone Extremadura. En Madrid entra a formar parte, como batería, de Gran Viernes. La experiencia fue corta. En 2012 sigue la búsqueda. Publica anuncios en el mundo web. Se ofrece stoner. A finales de ese mismo año The Ancient Secrets Of Levitation ya está grabando algunos temas. En el verano de 2013 graban la carta de presentación, un ep homónimo donde el sonido stoner ya se convierte en parte de nuestra vida cotidiana. Su subida a los escenarios en este escaso tiempo ha sido exponencial. TASOL ha pasado ya por los mejores circuitos del género. Nuestra agenda de conciertos es testigo de ello. Sobre el origen del nombre hablaremos otro día, porque merece la pena su pequeña historia y tendrán otro rincón en estas crónicas.



[03] Álvaro Osuna es de Montehermoso. Allí comenzó su periplo musical con Adrenalina Crash. Fue breve, como todo lo que empieza. Su traslado a Cáceres le permite indagar en el lado solitario de la música. Se presenta como cantautor, Álvaro de Tristessa. El antiguo Belle Époque fue testigo de alguno de sus conciertos íntimos.

En 2002 los estudios le obligan a abandonar Extremadura. Le esperan las tierras castellanas. En Valladolid comienza, casi partiendo de cero, a vivir el ambiente musical de la ciudad. Nos lo encontramos en 2007 con Extrañas Compañías, rock en lengua materna. Álvaro compone buena parte del material. Paisajes Eléctricos (2011), la última de sus grabaciones, supone un legado brillantísimo al recorrido de un proyecto que tuvo que existir para que luego llegara lo que realmente hace de Álvaro Osuna uno de los nombres imprescindibles de nuestra música. Un elemento único.

Y lo que llegó fue The Morning Reaver. Palabras mayores. Muy mayores. Álvaro Osuna continúa con David Martín, rescatado de Extrañas Compañías, e incorpora a Luis Pescador con quien comparte origen patrio y gustos musicales. The Morning Reaver es un proyecto demoledor. Y no por su música vertiginosa. No. The Morning Reaver es demoledor por la sensibilidad que desprende. Influencias americanas de folk, guitarras acústicas, slides, ambientes serenos. Todo en TMR es exquisito. El tratamiento de las voces, las imágenes que evoca, el ambiente que emana… Ha cambiado la lengua vehicular, dejando a un lado la materna por el lenguaje imperial. Da lo mismo. Cuando 2013 estaba abocado al ocaso aparece su primer trabajo largo. Nada más salir se convierte en una de las maravillas de 2014. Álvaro Osuna cuenta, sin embargo, que no quiere abandonar su periplo en solitario, su cara de cantautor. Promete más música.



[04] Carlos Calderón procede de Don Benito. A finales de los años 90 del pasado siglo abandonaba Kinky Locotes tras haber pasado por Psychotic Fosters.

Se traslada a Madrid donde le encontramos en uno de los proyectos europeos más deslumbrantes de la música popular actual. Cycle. En torno a 2003 y al calor de los estudios de grabación Rec Division, Carlos Calderón funda junto a su socio David Kano lo que hoy conocemos como Cycle, algo más que un grupo de música. A Cycle se unirían después otros nombres como la actriz La China Patino o el exótico Luke Donovan. Aparentemente Cycle es pop electrónico. Pero también es herencia after punk, performance, y rock de guitarras afiladas, como las que aporta Carlos Calderón. Si Cycle no existiera, habría que inventarlos.

Carlos Calderón no ha perdido la llamada de la sangre. La sección deejay de Cycle visita afortunadamente con regularidad Extremadura, y Rec Division ha visto pasar por sus paredes acolchadas a grupos extremeños para dejar marcadas sus huellas. The Buzzos, continuación natural de aquellos Kinky Locotes, en los que en tiempos militó Carlos Calderón, se han puesto en sus manos alguna que otra vez. La historia es cíclica.



[05] Los hermanos Carlos y Jorge Escobedo proceden de La Vera. Y sí, Carlos Escobedo fundó Sôber junto a Antonio Bernardini en torno a 1993-94. Poco después llegó a sus filas Jorge Escobedo. De Sôber todos hablan y todos conocen su historia. Y de Savia, y de Skizoo. Así que sobran las palabras. Tan sólo recordar que el 13 de agosto de 2011 los hermanos Escobedo volvieron a Villanueva de la Vera, su casa, con Sôber para ofrecer uno de los primeros conciertos del grupo después de la vuelta a los escenarios. Tan sólo recordar que en 2012 Villanueva de la Vera bautizó una de sus plazas con su nombre. Plaza Sôber. Tan sólo recordar que con la llegada de 2014 Sôber promete una nueva entrega de su personal mirada a la música. Blancanieve.



[06] Carmen Estévez es la voz de Súper 8, el grupo que anunció su fin en 2002 después de recibir tantas promesas incumplidas. Carmen dejó Extremadura y se embarcó rumbo al flamenco al otro lado del mar. Cuando uno escucha a Brooklyn Gypsies reconoce su voz entre ecos electrónicos, balcánicos y flamencos. Carmen Estévez ha hecho de Nueva York su segunda casa y en ella inició, hace algún tiempo, una segunda vida musical. V Zone es el último proyecto de esta montijana inquieta. Junto a Brandon Lewis conforman un singular dúo donde la electrónica y el espíritu conviven reescribiendo sus lazos con Europa al tiempo que indaga en los futuros tecnológicos.

Afortunadamente, cuando menos te lo esperas, vuelve a Extremadura, y te la puedes encontrar una noche de luna llena en La Huerta Sonora lanzando destellos ultrasónicos sobre los campos de las Vegas Bajas.



[07] Celestino Charro parece que no se ha ido, que siempre ha estado aquí. Su grupo de toda la vida, Árboles Muertos, aparece por Cáceres regularmente, como las aves migratorias.

Celestino Charro atesora una carrera musical que nos mueve a la envidia. Sana, pero envidia, al fin y al cabo.

Árboles Muertos aparecen en 1964. Comparten esa dualidad de la época que los hace ser unas veces orquesta y en otras ocasiones grupo de música joven con voz propia. Árboles Muertos pertenecen a la espléndida corte de los nombres pioneros en la música extremeña. Riscos, Los Golfines, Los Universales, Compactio, Los Aedos, The Kri-Kers, The Srping Glory, etc…componen un retablo en color sepia de los tiempos de la cándida inocencia.

A principio de los años 70 Celestino Charro abandona Extremadura con la intención de hacer de la música una forma de vida y de alimento. Árboles Muertos se disuelve. Viaja a Madrid, ciudad en la que participa en numerosos proyectos como el musical Rocky Horror Show (1975) o en uno de los discos claves del rock sinfónico que tanto se estilizaba por aquellos años: Los andares del alquimista de Alfredo Carrión (1976), en cuya producción participaba un tal Teddy Bautista. En 1978 pone en marcha Mono Sapiens, un proyecto clave en las ventanas musicales de Cantarrana.

Con la llegada de la nueva década y los aires frescos del pop participa en Charol, de quien todos tararearon alguna vez su Sin dinero.

Sin abandonar su carrera docente repartida entre conservatorios, escuelas de música y centros de secundaria, decide, junto a Ángel Andrada, reflotar y darle una segunda vida a Árboles Muertos. Sus compañeros no lo dudaron. Ha pasado el tiempo. Mucho tiempo. Medio siglo. Pero parece que Celestino Charro no se ha ido de los escenarios. Árboles Muertos se han convertido en leyenda.



[08] De Chuchi Moreno Martín tenemos, lamentablemente, pocas noticias con las que trazar una reseña biográfica decente. Gracias a nuestro Chema Rodríguez sabemos que procede de Moraleja, como su hermano Francisco, también participante de estas lides musicales y al cual llegaremos más adelante.

Sabemos que abandona Extremadura y pone rumbo a las tierras del Reino de León. En Salamanca funda, junto a la cantante Grace Lamb y la bajista Lora Green, Redneck Surfers, una propuesta espléndida que mezcla el estilo surf western con rock and roll sin olvidar el pop, lo que les confiere un estilo inconfundible. Sus sonidos a veces nos evocan las películas de Sergio Leone, y en otras ocasiones nos imaginamos las playas repletas de surferos mostrando palmito, mostrando dolce vita. Tan desenfadados y descarados como la voz de Grace Lamb.

En 2012 visitan por primera vez Extremadura y ofrecen un concierto inolvidable en Mérida. A pesar de su trayectoria tan corta en el tiempo, han sido múltiples los premios y reconocimientos que han obtenido. Y es que nos encontramos, en resumen, ante una banda singular. Muy singular. Están llamados a ser grandes.



[09] De Cristina Martínez tenemos un pequeño altar montado en Cantarrana. A ella le dedicamos íntegra nuestra crónica número 9, a la cual remitimos al lector. Aquí nos propusimos descubrir un nombre fundamental de nuestra música. De cómo abandonó su Campanario de sangre y de cómo llegó a convertirse en la musa del underground neoyorkino damos buena cuenta en las páginas citadas. Tan sólo recordar nombres como Jon Spencer, Pussy Galore, Honeymoon Killers o Boss Hog produce escalofríos entre los amantes del dowtown, porque ya forman parte de la anti historia musical.

Tenemos guardadas como un tesoro fotografías de su boda con Jon Spencer en Campanario. Como no contamos con autorización para citar la fuente, no lo hacemos. Como forman parte de su vida más privada, no las sacaremos. Pero con ganas nos quedamos. En todo caso lo más importante es que Cristina Martínez ya ha entrado en nuestra leyenda. Ya está cosida a ella.



[10] Elia Maqueda ya ha estado también en estas crónicas. Apareció por méritos propios como uno de los nombres en femenino que pueblan los barrios de Cantarrana. Recordamos. Elia Maqueda es de Badajoz y además escribe poesía. Abandona Extremadura con destino Madrid. En 2209, junto a Pablo Medel, conformó el proyecto Medelia. Por aquel entonces decíamos: Música pop de ambientes folks. Medelia publicó en 2010 su primer trabajo, Light Breaks Where No Sun Shines, título que hace referencia a un poema de Dylan Thomas. Entre 2011 y 2012 publican, semana a semana, su última propuesta, Non-Places. La voz de Elia nos devuelve a los paisajes abiertos y a las tardes de picnic. No nos cansamos de escuchar Stray Cats.

Seguimos pensando lo mismo.



[11] Marcos Deker dejó Extremadura en 2008. Según él mismo cuenta lo hizo con la idea de crecer como músico. Fijó residencia en la provincia de Barcelona, comenzó estudios de música moderna y jazz y a participar en proyectos como La Cia Grafton. En torno a 2009 firmó con su nombre 1024 Kms, un trabajo de aires sureños y autopistas y renegados que hay que escuchar al menos una vez al mes. Actualmente forma parte de Partido, un interesante proyecto que mezcla los aires folk a la americana con el sosiego pop. Antes de marcharse, desde Badajoz pisó los escenarios militando en Distrito Desperado.



[12] Con ocho años, Gonzalo Prada comienza en el conservatorio cacereño con la indicación paterna de que abandonara las tardes de bicicletas en una ciudad que además no es muy amiga de ellas. Con 15 años forma parte de Pía Madre y su hogar son los garajes de la Casa de Cultura de Moctezuma. Como nadie quería tocar el bajo, el bajo sí le tocó a él. Durante un festival celebrado donde los toros se salió de madre con el Come together para que le viera su novia. Pronto descubrió que ella estaba de botellón mientras él entonaba la coplilla en un inglés de Cáceres. Abandonó Extremadura. Se dirigió a Madrid con la excusa de estudiar y olvidarse de la música. Aparecieron nombres como Chema o Manu y siempre Ariadna. Y eligieron uno de los nombres más ocurrentes y divertidos del panorama musical actual. Los Punsetes. Y ahí sigue. Desde un primer local de ensayo infame del que salieron las primeras notas de una deliciosa revisión musical ochentera, hasta una montaña es una montaña y sus tráficos de órganos. Sin perder el brillo, sin perder la ironía, sin abandonar la frescura. Es un placer escucharlos.



[13] La familia García-San José nos tiene algo despistados. Nos los encontramos tan pronto en Montijo como al día siguiente en Badajoz. Le recordamos al amable lector que en estas crónicas marítimas se encuentra uno de esos capítulos monográficos al que titulamos Cosas de familia, y en el que dábamos cuenta de algunas de las sagas musicales más estimulantes de nuestra geografía sonora. Los García-San José no aparecen en ella, de momento. No habíamos llegado en esos días a desentrañar el parentesco cruzado entre Vaivén, Agresiva, + Bolero, Blame the Dog o Witch Hunt.

Samuel G. San José vive ahora en Madrid. Pero su vida musical comenzó en Montijo con el inicio del nuevo siglo. Fermín García, su padre, había fundado unos años antes la Orquesta Vaivén. Ocho años de pertenencia en Vaivén sirven a Samuel G. San José para adquirir una experiencia musical y escénica impagable. Estancia y pertenencia en la que encontramos también a Rubén García, hermano en música y en casa, y miembro que lo es de Blame the Dog, una de nuestras grandes glorias musicales.

Samuel simultanea los vaivenes veraniegos con el heavy metal en Badajoz. Se une a The Unknown en 2003, donde vuelve a encontrarse con su hermano.

Ese mismo año motivos laborales hacen que emprenda viaje a las tierras inglesas de Gloucestershire acompañado de Tato “Black”, músico pacense que actualmente forma parte, en Madrid, de Embloodyment, puro death metal. En las tediosas tardes sajonas, y mientras toma clases de canto con una pintoresca mezzosoprano local, ambos montan Pitch & Black, una mezcla efervescente de pintas de cerveza y heavy metal.

Durante este periodo no olvida Vaivén, a cuyo regazo paterno vuelve durante el verano. En 2005 regresa a Badajoz a formar parte de Witch Hunt con quien graba su primera maqueta. Un proyecto efímero.

En 2008 vuelve a abandonar Extremadura. Viaja a Madrid donde se enrola en alguna banda de versiones, hasta que un año después, y tras probar fortuna en otros proyectos, entra a formar parte de Agresiva, puro Power, puro Thrash. Y aquí ya nos cruzamos con palabras mayores. Samuel G. San José es la voz de un proyecto espectacular. En 2010 Agresiva lanzó Sent to War. Una demo que le abrió las puertas de los medios y de los escenarios. En 2012 se pusieron serios y lanzaron su primer trabajo de larga duración, Eternal Foe, y su presencia comienza a hacerse imprescindible en cualquier cartel trash que se precie.

Con Chronophobia, un maxisingle que sacan a la luz en 2013, dan el aviso de lo que está por venir: su segundo trabajo de larga duración, The crime of our time. Verlos en directo es una experiencia brutal. Una descarga arrolladora de energía guitarrera. Al frente, la voz de Samuel García San José, hijo y hermano de músicos. La saga continúa.



[14] Juan Cerro es un descubrimiento apasionante. Nació en Orellana en 1952. Enamorado de la música desde que escuchaba a su padre cantar fandangos mientras herraba caballos, abandona Extremadura y se traslada a Madrid donde estudia guitarra en el Conservatorio Superior de la ciudad con Demetrio Ballesteros. En este tiempo su banda sonora mezcla el Jazz con el Rock: Charlie Cristian, Wes Mongomery, George Benson, Frank Zapa, Jeff Beck, Hendrix, Eric Clapton, Scott Henderson, etc.

Acabados los estudios formó parte, como cantante y guitarra, de Spain, un proyecto musical cuyas referencias más cercana eran Crosby Still and Nash. Cuentan algunas crónicas que abandona Spain porque el productor Marini Callejo intenta hacer de ellos un “recurso comercial”.

En los años 90 junto Manolo G. Toro forma Velahi (nombre con claras referencias a su Extremadura natal), un cuarteto instrumental en el que estaban también Óscar Herrero y Richard Krull, y que grabaron un vinilo con seis temas originales próximos al Jazz Fusión que les hizo pasar en 1991 por el Festival de Jazz de San Sebastián. En 2005, y junto al también extremeño Rafa Tena, produce el disco Lado Oculto de Juan Márquez, bajista que fue del histórico grupo madrileño Coz, con quienes Juan Cerro colaboró en los últimos trabajos.

A Juan Cerro se le ha podido ver y escuchar y, sobre todo, disfrutar, con Los Suaves, Rocío Jurado, Carlos Cano, Celia Cruz, Mecano, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Martirio, Ismael Serrano y un larguísimo etcétera de nombres de la música popular que han visto en él la pura exquisitez en brazos de una guitarra.

Si hubiera que hablar de fuga de cerebros….aquí uno de los grandes, grandísimos.



[15] Y hablando de grandes, de Javier Escudero ya hemos hablado tanto que se le puede encontrar en cualquier rincón de nuestro paisaje cantarranero. A estos paisajes serenos y de Campanario remitimos al lector. Scud Hero, la pócima mágica y estelar del genio de Campanario, sobrevuela constantemente nuestro universo virtual y geofísico.



[16] Esteban Belvís llegó a Cáceres desde la comarca norteña de Las Hurdes, y hemos de suponer que en ese tránsito nació Silk, el nombre de batalla con el que firma buena parte de su trayectoria artística.

Lo primero que supimos de él lo tenemos fechado en 1993. ¡Estamos joíos!! no es un slogan que acabamos de descubrir en las concentraciones masivas de estos últimos meses. Es el título de la primera grabación de un proyecto único, Berre del Buyete, y se anticipó en más de 20 años a esos gritos solidarios de la rabiosa actualidad.

Con Oscar “Keekc”, Belvís da vida al primer proyecto serio de rap hecho en Extremadura. Pero Berre del Buyete no fueron sólo rap. Fue una cuestión de actitud. En la dedicatoria de su primera grabación se puede ver una lista de nombres que dice mucho de esa actitud. Está todo el universo punkarra de la época. Tirando Millas, A Palo Seko, Sekzión Mortuoria, KNO… Ese era el universo en el que Berre del Buyete anochecía. Ese y el mundo de los fanzines que tanto florecieron cuando Cáceres era la ciudad.



Gravementegrave es la segunda estación musical de Esteban Belvís. En torno a 1995 aparece este proyecto que verá su primer disco tan sólo un año después. Por culpa del Estado, rabia inmensa, rap descarnado.

Mientras tanto el Esteban Belvís freelance aparece en proyectos de rotulación, de diseños web, de estudios de grabación y campañas publicitarias. A finales de la década de los noventa ya le encontramos fuera de Extremadura y en Madrid crea el portal positivos.com dedicado al arte urbano y al graffiti.

En 2003 le encontramos al frente de Dhira, un superproyecto sorprendente de grandes músicas y grandes personajes en el que Esteban Belvís hace labores de productor, compositor y cantante. Dhira es breakdance, electrónica, sitares, Hip Hop, Ragga, mística hindú, Hare Krishna y guitarras eléctricas.

Con Dhira Silk realiza giras por medio mundo buscando los ideales de la “vida sencilla”. Lamentablemente este fantástico proyecto acabará diluyéndose con el tiempo…o no.

Dhira siempre quedará. Cuando el viajero llega a Extremadura desde tierras castellanas, a la derecha de la carretera aún se puede ver una gran pintada sobre una pared abandonada al tiempo y las ganas. En esa pintada aparece escrito DHIRA.

Ahora le tenemos perdido la pista, pero sabemos que sigue dedicado en alma (no sabemos si en cuerpo) al arte urbano, a la vídeo creación, a la agitación callejera y la vida coherente, sin duda, ya que coherente es el significado en la antigua lengua madre sánscrita de Dhira.


[17] Francisco Moreno Martín es de Moraleja. Y es hermano de Chuchi Moreno Martín de quien ya hablamos en el primer capítulo de esta serie de trasterrados.

Francisco lleva más de 20 años fuera de Extremadura y su salida tuvo motivaciones laborales. Anduvo unos años por Madrid, viajó a vivir a Irlanda durante algo más de un año y desde hace casi tres lustros ha hecho de los paisajes navarros su casa de abrigo y alimento.

Como si se tratara de una película inglesa de tintes sociales retratando la dura época tatcheriana, su bagaje musical comienza con el compañero de fábrica. Luego llegaría el bajo, la guitarra y la grabación y el reencuentro fraternal. Chuchi Moreno graba sus primeras canciones y es así como nace Homoanimal y su Padre de familia. Era enero de 2012, y era Tudela entre los vómitos de Nochevieja y la infructuosa espera del oro, el incienso y la mirra que, como siempre, no llegaron. Palabras textuales. Palabras de rock. Palabras que se deciden en asamblea.



[18] De Fran Panadero sabemos que es de Cáceres. Músico hasta la médula. Alumno del conservatorio de la ciudad. Compositor de cortometrajes y parte de multitud de proyectos musicales que tienen que ver con el jazz, el soul o el swing.

Desde Madrid se embarca en un proyecto que derrocha energía allá por donde pisa. Es Freedonia. Diez músicos musicazos que han hecho de la autogestión una patada al mainstream, de la paleta de colores musicales su seña de identidad, del soul sesentero su última palabra, y de los escenarios su refugio.

En 2012 Freedonia publica su primer disco homónimo. Autogestión. Y luego la explosión. Y el single como forma de relacionarse con su público. Tal como se hacía en esos años sesenta de los que tanto gustan. Larga vida a Freedonia.



[19] De Markos Bayón hemos hablado y disfrutado ya en repetidas ocasiones. Y las que nos quedan.

Resumiendo.

Él forma parte intrínseca del Tiempo de Mérida. Es decir, esos años gloriosos de la ciudad romana en los que las noches eran eternas, como el título del disco que Bajos Instintos publicó en 1992. Uno de los primeros proyectos de Markos. Una de las primeras referencias de Jammin, la otra casa de Bayón. Allí en el sótano de la Calle Cervantes. Un año después Sister Jane se adentra en las oscuridades de ese rock que llaman after. No sabemos muy bien por qué. Pero nos da igual. Sister Jane es puro cosmopolitismo conceptual.

A mediados de los 90 Markos Bayón es un nombre al que todos acuden para prestar sus cuerdas, las vocales y las eléctricas. Los Daltónicos de Alfredo Expósito (1996), Secuaces de Joaquín Mora (1997), Di Mayo de Dionisio Mayo son tan sólo algunos ejemplos.

Mientras tanto, al otro lado del río, en la Calle Cuba, detrás de la estación de autobuses se está fraguando una locura que hará cambiar para siempre nuestra música. Markos Bayón, Gecko Turner, César Bayón, Diego Antúnez y el Dr. Robelto tienen bastante culpa en el nacimiento de esta locura. Es, claro está, Perroflauta. Una palabra mágica.

Nos transcribimos a nosotros mismos:

Perroflauta es un delta donde confluyen las aguas impetuosas de Bajos Instintos, Sister Jane, The Animal Crackers, The Reverendoes…que es como beber del tarro de las esencias sincopadas. Bayón bros y Turner.

Perroflauta es un caballo desbocado de inquietudes, de ideas musicales y vitales, un grito de guerra que traspasa fronteras sonoras y estéticas. ¡Perroflá también eres tú!

Perroflauta es una escuela por la que pasan nombres de una calidad a fuerza de bombas y de mainstream.

Perroflauta es una cartografía que traza caminos entre Extremadura, África y Brasil. Un mapa donde conviven el candil y la menina puerta con puerta en una vecindad que enamora y reconforta a cada segundo. Durante ocho años todos fuimos afromeños.

Con la llegada del nuevo milenio, Perroflauta se despide (hasta ahora) con una auténtica obra maestra, Africaniño. Colaboraciones de lujo, sonido de lujo, composiciones de lujo…Todo en este disco lo es.

Llegaron luego a la vida de Markos Bayón el Comando Macondo y el gran Félix Bote. Poco a poco Bayón va instalándose física y musicalmente fuera de Extremadura. Ya se sabe la historia de Bebe. Estábamos ya trasteando por Madrid. Y Pa fuera telarañas fue un pelotazo.

Detrás andaba Markos Bayón, claro. Bueno, detrás y delante.

Ese mismo año de 2004 en las calles del barrio madrileño de Lavapiés se une a las huestes de El Combolinga. Un proyecto nacido allende la meseta donde la fusión, la mezcla y los viajes geográficos y sonoros son una forma de vida. Con ellos graba Daquipayá y Mira que bien.



En 2007 en esa misma ciudad, Markos se vuelve sobre sí mismo y se reinventa y se desnuda. Y da vida a ElAutognomo.

Nos volvemos a transcribir a nosotros mismos.

ElAutognomo. Un hombrecillo del bosque en las montañas de cristal y hormigón. Él mismo consigo mismo. Pura esencia bayoniana. Voz, guitarra y maquinitas. Pureza de líneas. Simplicidad engañosa. Trabajo en silencio, sereno.

Y ya van tres discos salidos de ese barrio que tan lejos se nos antoja emocionalmente pero que tan cerca sentimos por culpa del duende. Busca la hermosura.


[20] De Roberto Iniesta tan sólo sabemos que es de Plasencia y que actualmente vuelve de vez a cuando al Jerte. Ah, y también el nombre de algunos de los bares que frecuentaba. Sabemos también, según cuenta la leyenda, que de joven regentó un puesto de chuches. Pero no lo podemos confirmar. Sabemos, por otro lado, que fue el auténtico inventor del Crowdfunding. Olvidábamos, no obstante, que en 1987 formó Extremoduro y se convirtió en el Rey de Extremadura y que voló hacia el mundo exterior. Lo demás ya te lo sabes de memoria. Todos nos lo sabemos. Se estudia en el primer curso de Historia de las Minorías Absolutas.




Continuará…

P.D. Si todo va bien, y antes no se acaba el mundo y alguien nos obligue a volver a resguardarnos en la cúpula, los nombres que poblarán este mundo exterior son, en riguroso desorden alfabético: Alberto Pérez, Alberto Valle, Álvaro Osuna, Carlos Calderón, Carlos Escobedo, Jorge Escobedo, Carmen Estévez, Celestino Charro, Chuchi Moreno Martín, Cristina Martínez, Elia Maqueda, Emilio Krait, Esteban Belvís, Fernando Gutiérrez, Fran Panadero, Francisco Moreno Martín, Gonzalo Prada, Isabel Sánchez, Israel Domínguez, Israel Gómez, Javier Escudero, José Antonio Moreno, José Manuel Yuste González, Juan Martinez Frutos, Manuel Martínez Frutos, Julián Sanz, Julien Elsie, Lionsex, Local Qua4tro, Luis Felipe Gutiérrez, Luis Pescador, Markos Deker, Markos Bayón, Miguel Simón, Nacho Campillo, Roberto Iniesta, Samuel Gª San José, Sebastián Álvarez, Tany Satán, Tatto Digiorgio, Ulises Fernández y Daniel Canales.

Cáceres. 2013/2014.


Este texto vio por primera vez la luz en La Carne Magazine, en sus números 22, 24 y 28, correspondiente a febrero, abril y agosto de 2014. Todas las músicas que aparecen aquí mencionadas se pueden escuchar en Cantarrana Corps.