Junio de 1993. Ya ha llovido, tronado y hasta nevado en nuestra ciudad. Y parece que fue ayer. Mi menda estaba como loco. El Tour Naufragios 93 de mi idolatrado Mikel Erentxun pasaba por Badajoz para deleite entre otros de quien suscribe y su amigo Javi (ya saben, íntimo mío y de la gula, como quien suscribe) y allá que nos decidimos a acudir al Viejo Vivero donde gozamos a nuestros apenas 14 años de un concierto formidable. El donostiarra presentaba una banda de lujo, con los hermanos Bao en la base rítmica y ofreció un recital inmejorable del que por entonces era su primer disco en solitario juntos con viejos éxitos de Duncan Dhu.
Horas antes de la actuación tuvo lugar un certamen rock de grupos regionales que para la mayoría del público pasaron desapercibidos, pero no para mi amigo y para mí, quienes deseábamos absorber todas las sensaciones posibles de lo que significaba crear y formar parte de una banda (pocos meses después comenzaría mi andadura como músico amateur con Cuarto Menguante, quien protagonizará en breve uno de mis viernes musicales). De entre aquellos grupos hubo dos que no pasaron desapercibidos a nuestros jóvenes ojos y oídos. Uno de ellos, Los Desahuciados, de los que ya he mentado maravillas, nos impresionaron. Mi amigo Armando Mazuecos, por entonces cantante y guitarra se comió el escenario literalmente y nos mostró que para tener un grupo y ofrecer actuaciones el listón se encontraba bastante más alto de lo que imaginábamos. El otro grupo que nos llamó la atención fue Vanagloria. Eran de Mérida y sólo por ello ya nos cayeron un pelín mal. ¡Lo que son las cosas! Nos parecieron especialmente pastelosos pero cuando nos dimos cuenta, al volver a nuestra casa, muchas horas después, nos hallábamos tarareando una de sus canciones.
Tres años después, en verano del 96 Vanagloria era un grupo muy conocido en la región. El verano anterior incluso disfrutaron de la oportunidad de actuar nada menos que en un programa de Tele 5 e incluso hicieron una prueba para una multinacional. Los Violent Popes apenas llevábamos tocando unos meses pero veníamos pisando fuerte y nos eligieron para acompañar a los emeritenses y a Luis Pastor en algunas actuaciones en una Gira contigua que realizaban por localidades extremeñas. Bebe, nuestra compañera de Instituto en el Zurbarán, también estaba por allí, pues había colaborado en los coros del disco de Vanagloria y también ofrecía alguna canción en solitario.
Conocer a Javi, el cantante de Vanagloria, y al resto del grupo fue un regalo que quiso hacernos la providencia. Gente generosa como ninguna no tuvieron ningún problema en compartir su equipo, que por entonces era prácticamente profesional, con unos pardillos como nosotros, quienes apenas podíamos presumir de ostentar algún instrumento que costara más de 20.000 pesetas de entonces. David, el batería, me ofreció su “Sonor” de alta gama y acostumbrado como estaba a mi vieja “Century” de segunda mano y a mis platos “Meteor” me pareció que lo de Phill Collins o Larry Mullen quizá no tuviera ya tanto mérito.
Los miembros de Vanagloria se convirtieron en grandes amigos, buenos compañeros, y además nos enseñaron que en los últimos tiempos habían aprendido a tocar de verdad, amén de las tablas que poseían en el escenario.
Tras su primer cd, “Tres años y un día” llegó su segundo trabajo “Buenas Intenciones”. A día de hoy, al igual que ocurrió con la banda extremeña AMA no me explico cómo no se convirtieron en un grupo superventas más de todos los que copaban los 40 principales de la época. Vanagloria lo tenía todo para llegar a ser un grupo de éxito, y sin embargo como con tantos otros la cosa no cuajó. Una vez más solo puedo echarle la culpa a la fatalidad y la falta de oportunidades que entonces asolaba nuestra región. Lamentablemente una vez más, la falta de experiencia, de infraestructura, de agencias de management, de editoras, y demás acabó con un sueño. Pero yo me quedo siempre con lo mejor. Con el trabajo de unos tíos sencillos y trabajadores que amaban la música como nosotros, que nos ayudaron a abrirnos camino, y que dejaron para la historia de la música en Extremadura dos discos y centenares de conciertos. Y sobre todo con su faceta humana. Amigos de Vanagloria, estéis donde estéis, gracias a todos por ser como fuisteis, y por seguro que seguiréis siendo excelentes personas. Mi copa de LOCH LOMOND va hoy por vosotros y vuestro recuerdo.
El tema que he elegido hoy, “Mujeres” no es para nada el de más calidad, ni siquiera el que mejor suena, pero es muy especial porque abre su primer disco, y además me recuerda a aquella época en la que nos conocimos cuando siempre abrían sus actuaciones con esta canción, donde por cierto Bebe aporta coros. Disfruten con la música de los que apenas eran unos veinteañeros pero se comportaban como auténticos hombres. Una vez más gracias a los amigos de Cantarrana Corps y La Culpa (La Comunidad de la Cultura Pagana) por la impagable labor de recuperar para la historia el archivo sonoro extremeño.
Horas antes de la actuación tuvo lugar un certamen rock de grupos regionales que para la mayoría del público pasaron desapercibidos, pero no para mi amigo y para mí, quienes deseábamos absorber todas las sensaciones posibles de lo que significaba crear y formar parte de una banda (pocos meses después comenzaría mi andadura como músico amateur con Cuarto Menguante, quien protagonizará en breve uno de mis viernes musicales). De entre aquellos grupos hubo dos que no pasaron desapercibidos a nuestros jóvenes ojos y oídos. Uno de ellos, Los Desahuciados, de los que ya he mentado maravillas, nos impresionaron. Mi amigo Armando Mazuecos, por entonces cantante y guitarra se comió el escenario literalmente y nos mostró que para tener un grupo y ofrecer actuaciones el listón se encontraba bastante más alto de lo que imaginábamos. El otro grupo que nos llamó la atención fue Vanagloria. Eran de Mérida y sólo por ello ya nos cayeron un pelín mal. ¡Lo que son las cosas! Nos parecieron especialmente pastelosos pero cuando nos dimos cuenta, al volver a nuestra casa, muchas horas después, nos hallábamos tarareando una de sus canciones.
Tres años después, en verano del 96 Vanagloria era un grupo muy conocido en la región. El verano anterior incluso disfrutaron de la oportunidad de actuar nada menos que en un programa de Tele 5 e incluso hicieron una prueba para una multinacional. Los Violent Popes apenas llevábamos tocando unos meses pero veníamos pisando fuerte y nos eligieron para acompañar a los emeritenses y a Luis Pastor en algunas actuaciones en una Gira contigua que realizaban por localidades extremeñas. Bebe, nuestra compañera de Instituto en el Zurbarán, también estaba por allí, pues había colaborado en los coros del disco de Vanagloria y también ofrecía alguna canción en solitario.
Conocer a Javi, el cantante de Vanagloria, y al resto del grupo fue un regalo que quiso hacernos la providencia. Gente generosa como ninguna no tuvieron ningún problema en compartir su equipo, que por entonces era prácticamente profesional, con unos pardillos como nosotros, quienes apenas podíamos presumir de ostentar algún instrumento que costara más de 20.000 pesetas de entonces. David, el batería, me ofreció su “Sonor” de alta gama y acostumbrado como estaba a mi vieja “Century” de segunda mano y a mis platos “Meteor” me pareció que lo de Phill Collins o Larry Mullen quizá no tuviera ya tanto mérito.
Los miembros de Vanagloria se convirtieron en grandes amigos, buenos compañeros, y además nos enseñaron que en los últimos tiempos habían aprendido a tocar de verdad, amén de las tablas que poseían en el escenario.
Tras su primer cd, “Tres años y un día” llegó su segundo trabajo “Buenas Intenciones”. A día de hoy, al igual que ocurrió con la banda extremeña AMA no me explico cómo no se convirtieron en un grupo superventas más de todos los que copaban los 40 principales de la época. Vanagloria lo tenía todo para llegar a ser un grupo de éxito, y sin embargo como con tantos otros la cosa no cuajó. Una vez más solo puedo echarle la culpa a la fatalidad y la falta de oportunidades que entonces asolaba nuestra región. Lamentablemente una vez más, la falta de experiencia, de infraestructura, de agencias de management, de editoras, y demás acabó con un sueño. Pero yo me quedo siempre con lo mejor. Con el trabajo de unos tíos sencillos y trabajadores que amaban la música como nosotros, que nos ayudaron a abrirnos camino, y que dejaron para la historia de la música en Extremadura dos discos y centenares de conciertos. Y sobre todo con su faceta humana. Amigos de Vanagloria, estéis donde estéis, gracias a todos por ser como fuisteis, y por seguro que seguiréis siendo excelentes personas. Mi copa de LOCH LOMOND va hoy por vosotros y vuestro recuerdo.
El tema que he elegido hoy, “Mujeres” no es para nada el de más calidad, ni siquiera el que mejor suena, pero es muy especial porque abre su primer disco, y además me recuerda a aquella época en la que nos conocimos cuando siempre abrían sus actuaciones con esta canción, donde por cierto Bebe aporta coros. Disfruten con la música de los que apenas eran unos veinteañeros pero se comportaban como auténticos hombres. Una vez más gracias a los amigos de Cantarrana Corps y La Culpa (La Comunidad de la Cultura Pagana) por la impagable labor de recuperar para la historia el archivo sonoro extremeño.
Enrique Falcó. 15/07/11. Las joyas de la Castafiore. Don de Loch Lomond.